martes, 9 de abril de 2013

EL PRINCIPITO, 70 ANIVERSARIO

 
El Principito (en francés: Le Petit Prince), publicado el 6 de abril de 1943, es el relato corto más conocido del escritor francés Antoine de Saint-Exupéry. Lo escribió mientras se hospedaba en un hotel en Nueva York, y fue publicado por primera vez en los Estados Unidos. Ha sido traducido a ciento ochenta lenguas y dialectos, convirtiéndose en una de las obras más reconocidas de la literatura universal.
Se considera un libro infantil por la forma en la que está escrito y por la historia en un principio simple, pero en realidad el libro es una metáfora en el que se tratan temas tan profundos como el sentido de la vida, la amistad y el amor.

PERSONAJES
   
EL PRINCIPITO
Personaje principal del libro, toda la historia está basada en él. Es un niño que viaja de planeta en planeta haciendo preguntas que se dan por hechas, y que no interesan a nadie. Vive en un pequeño planeta que podríamos identificar no como un planeta, sino como su propia vida, así el resto de planetas que visita son en realidad las vidas de otras personas que conoce. El hecho de que su planeta sea tan pequeño viene a decirnos que tiene mucho por vivir y aprender.

EL ZORRO

 
Personaje medular de la historia, quien le hace ver al principito la esencia, pero también las dificultades y costos de la amistad.




LA ROSA

Personaje que nos pone de manifiesto el amor del principito. La Rosa no es una flor cualquiera, es su amor, es espléndida, es magnífica entre otras muchas, es única en su «planeta». Ha habido otras, pero esta es la que ha «florecido» y perdura, es la metáfora de la mujer que ama, que se ha quedado para siempre en su corazón. Bonita, huele bien, perfecta y, al mismo tiempo, llena de imperfecciones. Es frágil, hay que cuidarla, mimarla, estar siempre atento; además es orgullosa, es vanidosa, egoísta y mentirosa. Aun así es su flor, única entre otras. Pone de manifiesto la inocencia del principito, su inexperiencia. Responsable de la huida del principito por crearle una gran confusión con su forma de hacer o decir las cosas. 

LOS BOABABS



Son los problemas, hay que solucionarlos antes que sean demasiado complicados, es la moraleja que nos deja el autor, cuando nos alerta: «¡Niños, atención a los baobabs!». Los niños somos nosotros. Hay que tener disciplina, cuidado, estar atento siempre para diferenciar lo bueno de lo malo y actuar en consecuencia.




LOS VOLCANES



Tareas comunes del día a día, no son un problema como los baobabs, son simplemente cosas que hay que hacer para que todo vaya bien, y hay que hacerlo aunque no nos guste, aquí se vuelve a hacer hincapié en la disciplina. 



 

EL NARRADOR

Coprotagonista, es un adulto que intenta razonar y actuar como un niño, pero sabe que en realidad no lo es, que ha perdido su condición pero intenta recuperarla. Es nuestra propia imagen, nuestro reflejo en la historia, el personaje que nos identifica dentro de la novela y que nos hace ver cómo deberíamos ver las cosas y cómo en realidad las vemos, cuando nos critica con frases como: «Si les decimos a las personas mayores: "He visto una casa preciosa de ladrillo rosa, con geranios en las ventanas y palomas en el tejado", jamás llegarán a imaginarse cómo es esa casa. Es preciso decirles: "He visto una casa que vale cien mil francos". Entonces exclaman entusiasmados: "¡Oh, qué preciosa es!"». Por sus características, podemos identificar al narrador con el propio autor que nos va guiando a lo largo de la historia.

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